Imaginem! ¿Quem está por detrás dos combates no norte do Líbano?
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"El gabinete de Siniora se reunió y solicitó que el ejército libanés entrara al campo de refugiados y silenciara (de más de una manera) a Fateh-al-Islam. Ya que el ingreso a los campos está prohibido por el acuerdo de la Liga Árabe de 1969, el ejército se negó después de darse cuenta de la dimensión de la conspiración en su contra del Club Welch. El ejército sabe que el ingreso por la fuerza a un campo de refugiados abrirá un frente contra el ejército en todos los doce campos de refugiados palestinos y desgarrará al ejército siguiendo líneas sectarias.
El ejército considera que las Fuerzas Internas de seguridad del Club, que no se coordinaron con él como lo requiere la ley libanesa, le han tendido una trampa y ni siquiera lo informaron de la “operación interfamiliar” que las FIS realizaron contra los pisos francos de Fateh-al-Islam en Trípoli.
Actualmente, hay fuertes tensiones entre el ejército libanés y el Club Welch. Hay quien menciona la frase ‘golpe del ejército.’
El Club trata de dirigir el Parlamento y está dispuesto a llegar a cualquier extremo para no ‘perder’ al Líbano. Todavía tiene 70 escaños en el Parlamento mientras la oposición dirigida por Hezbolá tiene 58. Y tiene un primer ministro sumiso en la persona de Fuad Siniora.
El Club trató de tomar control de la presidencia y cuando no lo logró, la marginó. El año pasado trató de controlar el Comité Constitucional Parlamentario, que audita las políticas y leyes del gobierno y vigila sus acciones. Cuando el Club fracasó en su intento, simplemente abolió el Comité Constitucional. Este comité clave ya no existe en el gobierno del Líbano.
El principal error del Club Welch fue cuando intentó influenciar al ejército libanés para que desarmara a la Resistencia Libanesa dirigida por Hezbolá. Cuando el ejército sabiamente se negó, el Club coordinó con el gobierno de Bush a fin de presionar a Israel para que intensificara dramáticamente sus represalias ante la captura por Hezbolá de los dos soldados y ‘rompiera las reglas’ respecto a la reacción históricamente más limitada y tratara de destruir a Hezbolá durante la guerra de julio de 2006.
El Club Welch considera ahora que el ejército libanés representa un problema serio. El gobierno de Bush trata de debilitarlo y de marginarlo para eliminar uno de los dos últimos obstáculos para implementar la agenda de Israel en el Líbano.
Si el ejército es debilitado, no puede proteger a más de un 70% de los cristianos en el Líbano que apoyan al Movimiento Libre Patriótico del general Aun. El MLP está formado sobre todo por civiles libaneses bien educados, de clase media y desarmados. La única protección que tienen es el ejército libanés que ayuda a mantener su presencia en la escena política. El otro tipo de cristianos en el Líbano es la minoría, de aproximadamente un 15% de los cristianos, asociados a las Fuerzas Libanesas de Geagea que son sólo una milicia. Si el Club puede debilitar al ejército aún más de lo que ya está, entonces esta minoría de la Falange sería la única fuerza relativamente sólida en la escena cristiana y se convertirá en el “ejército” del Club.
Otro motivo por el que el Club quiere debilitar al ejército libanés es que el ejército es nacionalista y es una válvula de seguridad para que Líbano asegure el derecho al retorno palestino a Palestina, la defensa de la independencia libanesa y la cultura de resistencia dirigidas por Hezbola, con quien tiene excelentes relaciones.
Por su parte, el Club Welch quiere mantener a algunos palestinos en Líbano como mano de obra barata, embarcar a otros hacia países dispuestos a aceptarlos (y a ser pagados generosamente por hacerlo por los contribuyentes estadounidenses) y permitir en el mejor de los casos que unos pocos miles vuelvan a Palestina para terminar con el tema del ‘derecho al retorno’ mientras al mismo tiempo se firma un tratado del tipo del del 17 de mayo de 1983 con Israel, que enriquezca a los miembros del Club y entregue a Israel agua del Líbano y gran parte de la soberanía libanesa.
Para acortar una larga historia, Fateh el-Islam debe ser silenciado a cualquier precio. Su historia, si es conocida, es un veneno para el Club y sus patrocinadores. Probablemente veremos el intento de su destrucción en los días por venir.
Hezbolá observa y apoya al ejército libanés"
(Fonte)
Etiquetas: Médio Oriente
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